miércoles, 24 de agosto de 2016

Un Benidorm más social

Recuerdo una de las reuniones en el despacho de alcaldía, con diversidad de empresarios de distintos sectores de la ciudad y representantes de asociaciones para detallar el Benidorm que queremos en el futuro. Y sinceramente, no podría olvidar aquel cruce de palabras en la mesa, con el alcalde, Toni Pérez. 

Apuntaba que Benidorm no solo era turismo, ocio y entretenimiento. Cosa en la que estoy más de acuerdo que nunca con el alcalde popular. Además, el ejemplo que citaba era claro: un evento deportivo, que finalmente no pudo venir a suelo benidormense, y celebrarse así en el Palau dels Esports. La excusa, o el motivo de su cancelación, en palabras del propio Antonio Pérez, fue el criterio social que debe de mantener Benidorm. Cierto es, que a veces, solemos descuidar aspectos que tengan una relación más estrecha con nuestros vecinos, y los asuntos de los benidormenses, los apartamos. O los apartan...

Es evidente, que Benidorm y sus gobernantes, deben lidiar con la atención dada tanto a turistas como a vecinos, sin descuidar ninguna de las partes. Sé que es una ardua tarea, pero al fin y al cabo, a ello se dedican. A tomar decisiones políticas y asumir consecuencias, que parece que en este país nadie es responsable de nada. Pero volviendo al asunto de marras.

Si Benidorm debe de atender las necesidades de sus gentes, no es de recibo la situación actual que vive la finca Bergia, situada en lo que próximamente será el Parque de Foietes, y que parece que tiene los días más que contados. Tras que el consistorio pagase diez veces más de la cantidad inicial, lo que finalmente viene a ser cuatro millones de euros por su expropiación, y prometer a una de las asociaciones dedicadas al cuidado de enfermos de alzhéimer, la cesión de la parcela, ahora el alcalde sostiene que un informe de Conselleria, aconseja el derribo de la emblemática casa.

No obstante, existen cuestiones que el equipo de gobierno ha sabido manejar con soltura en lo que llevamos de legislatura. Ahí tienen corroboraciones múltiples en la realización de eventos, la integración de un Consejo Vecinal cada vez más importante y, sobre todo, en las mejoras que ha sufrido nuestra escena urbana. Pero todavía queda mucho por hacer, y aunque a veces las promesas de los políticos, no valen nada; qué menos que estar ahí para recordárselas.

Veremos si avanzamos hacia un Benidorm mucho más social. Sin duda, la decisión tomada por el momento con la finca Bergia, es un paso atrás.

domingo, 7 de agosto de 2016

La simbiosis de un Benidorm cada vez más grande

Nadie duda de que fue un éxito. Y ello no debería de ser noticia, pues cuando las combinaciones de festival de talla mundial y Benidorm se juntan, es evidente que el resultado es toda una genialidad. Pero no todo en la vida es de un solo color o de dos, también éstos tienen sus tonalidades y apreciaciones. Tras una noche de la que muchos no borrarán de su memoria, ahora toca mirar más allá. Les explico.

Ya lo hice posicionándome a favor de la realización del Low Festival, y de su ya emblemático emplazamiento en Foietes. Pero como decía con anterioridad, los matices permutan y tienen sus consecuencias. Creo, que un evento de las dimensiones de David Guetta, un artista capaz de llenar cualquier el lugar del mundo, debe de estar acompañado al unísono de todas sus consideraciones. No obstante, no quiero decir que el Guillermo Amor se quede corto o simplemente no esté a la altura. 

Tras demostrar una organización sublime para el concierto, es indudable que la senda es la correcta. Este verano ha llegado plagado de festivales y eventos multitudinarios, y todo lo que por ende conlleva. Es evidente que, poco a poco; sin prisa pero sin pausa, Benidorm tiende a recuperar los aires de grandeza de antaño. Todo ello, desde el diálogo de sus gentes, y éste debe de mantenerse. Claro ejemplo es, la gran comunicación ahora establecida en la ciudad entre empresarios y equipo de gobierno. Y esa voluntad política patente, sumada al esfuerzo y dedicación empresarial del ocio benidormense, hacen un poquito más grandes estos lares. 

Corroboraciones, por haberlas haylas. Justamente, Poniente y Levante son los paradigmas de lo que Benidorm, debe o debería de ser en un futuro no muy lejano. Hará no mucho, que desde una iniciativa cien por cien vecinal, el paseo de Poniente embaucó tanto a turistas, como a paisanos, en su primera fiesta de la tapa y cerveza. Por otro lado, Levante sigue dando sendas razones para atraer al público más joven. Desde el ya habitual escenario colocado en la Avd. Bilbao; Nochevieja, San Juan o pre partys como la de David Guetta, son la antesala de lo que podría venir. 

Probablemente Benidorm necesite añadir un enclave específico, si quiere seguir expandiendo sus consecuciones de esplendor. Y oigan, a día de hoy ostentamos de las mejores playas nunca vistas, así que no creo que el inconveniente sea celebrar eventos de este tipo de rasgos en la propia arena.

Tiempo al tiempo...

lunes, 1 de agosto de 2016

Una lanza por el Low

Algunos dirán que peco de redundante. Pero me gusta reiterarme en los asuntos más rigurosos y trascendentales. Así que, cuando observo que no se hace justicia con lo real, soy de los que rompen una lanza a favor de la veracidad. Hoy nuevamente sale a la palestra el Low Festival como protagonista, y una vez más, reafirmo las palabras de un servidor hará dos años atrás.

Solo que en esta ocasión, incluso, el Low sale más reforzado que nunca, pese a las críticas de un sector cada vez menor, por mucho ruido que se haga. Ya saben aquello de las nueces: pocas cuando hay demasiado ruido. Pero hablemos ahora en serio. Como benidormense que soy, sin lugar a dudas es todo un orgullo que festivales de esta talla los albergue mi ciudad. Y más cuando éste dura tres días, y sus asistentes acuden a todo tipo de establecimientos. Tanto para comer, cenar, beber, descansar o salir de fiesta por otros lugares de Benidorm. 

Rozando la cifra de los ochenta mil, un festival así, debería de ser cuidado y respetado por todos. Más aún cuando el turismo que atrae es de rasgo juvenil, y está más que comprobado que éste gasta en la ciudad. Así que no me vengan con trabas, impedimentos y excusas para no recibir al Low y sus gentes en Foietes. Que sí, parte de razón llevan. La adjudicación dada antaño por el PSOE, otorga demasiados privilegios a la empresa que ostenta el festival, y que además, para largo les queda si nada se tuerce, pues el antiguo equipo de gobierno socialista, estableció como siete, los años que el Low debe celebrarse en suelo benidormense.

Debemos recuperar aquel fulgor de grandes eventos y conciertos, y créanme que poco a poco, entre voluntad política y mucho trabajo desde el sector privado y asociacionismo, se está consiguiendo. Tras el rotundo éxito del Low, viene Guetta. Y al mismo lugar, miren por dónde. Como Marc Anthony. Menudas casualidades. Parecerá ahora, que el único concierto que molesta en la zona, fue el Low.