miércoles, 9 de noviembre de 2016

El populismo aterriza en la Casa Blanca

El mundo, no solo América, está consternado. Una vez más, el populismo se vuelve a alzar en el poder. Solo que ahora, cambia el escenario y el protagonista principal. Un fenómeno, el del cinismo y la hipocresía, que está más anclado que nunca en nuestra sociedad idílica. Ni las encuestas, ni los propios americanos podrían vatizinar la victoria en la carrera hacia la Casa Blanca por parte de Donald Trump. Pero una vez más, la realidad vuelve a superar a la ficción.

Un hombre de negocios, como muchos lo etiquetan, es ahora el presidente más polémico de la democracia estadounidense. Y es lógico dudar sobre el futuro de la mayor potencia mundial, pues que la presidencia recaiga en alguien como Trump en estos mismos momentos, es como dar a un mono una ametralladora moderna, sin seguro alguno y disparando a diestro y siniestro. La situación en Siria, los tensos momentos vividos en América en relación a la innmigración o borrrar del mapa proyectos como el Obamacare, que otorga cuidados de salud a más de veinte millones de personas, hacen aún más peligroso e incierto el mandato de Trump.

No es que sea muy partidario de los valores y sueños americanos. Tampoco de Hillary, ni Bush o los Regan. Pero entre lo malo conocido, y lo "bueno"- si es que algo bueno tiene Trump- por conocer, me quedaba con el mal menor. Y hablando de los Regan. Ronald, el que fuere el presidente número 40 de USA, se va a quedar corto en cuánto a extravagancia, y aquello de America para los americanos: más vigente que nunca.

Ahora solo queda levantar un gigantesco muro que separe México de los Estados Unidos, negar la entrada de musulmanes a USA, y que como también prometió en campaña Donald Trump, se extendia a todo el país el privilegio de portar armas en los 50 estados, comparando este derecho constitucional con el del carné de conducir.

Si el resultado del Breixit inglés fue la primera prueba irrefrutable de que vivimos a día de hoy en una sociedad inepta y estulta, su siguiente corroboración fue la reelección de un gobierno del Partido Popular en España y finalmente su consecución culmina ahora, con Trump como presidente de USA.

Parece, que al igual que el estado colombiano en los ochenta y principios de los noventa tocaba techo con cada muerte producida por el narcotráfico y la guerra de carteles, ahora nuestro mundo toca techo con cada caída con la misma piedra: el populismo. No solo ha llegado a los países latinoamericanos y poco a poco gana más fuerza en Europa en sus extremos, tanto sean de izquierdas como de derechas, sino que ahora, siendo éste amo y rey de América, el mundo tal y como lo conocemos, puede volverse aún más aberrante y sombrío, pero además literalmente, ya que Trump es uno de los accérimos defensores de que el cambio climático es un proceso natural, y que la lucha contra el mismo es inútil.

Es evidente que Donald Trump, querido y odiado por muchos, es un verdadero estúpido, pero como siempre y como humanos que somos, subestimamos la cantidad de estúpidos que nos rodean, y lamentablemente ya pasó en la Alemania del 32, que hizo ganador de los comicios de ese mismo año a Adolf Hitler. Pero así es el populismo, todo un caramelo envenenado que convive en las figuras políticas más estrafalarias y grotescas, prometiendo lo imposible y consiguiendo una ruina absoluta para sus gentes, mientras que a la par, unos pocos se lucran a costa de la gran mayoría.

Ya lo saben. El 9 de noviembre del 2016 será recordado, sin duda alguna, como una fecha marcada en el calendario de manera funesta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario